"En este punto hablaré de las tentaciones que son enviadas desde el cetro divino de Dios, para que el alma crezca en virtud; por medio de estas tentaciones, el alma se ejercita, es puesta a prueba. Estas son: la pereza, pesadez corporal, debilitamiento de las articulaciones, apatía, turbación mental, la idea persistente de que tenemos alguna enfermedad, estados de desesperanza, pensamientos oscuros, dificultad para hallar ayuda en los demás y para encontrar lo necesario para sostenerse, así como otras parecidas. Por medio de estas tentaciones, el individuo siente en su alma cierto abandono y falta de confianza en sí mismo, pero, mientras tanto, su corazón se hace humilde y se fortalece. El hombre es probado de esta manera, para que desee buscar la gracia de su Creador. Estas tentaciones son permitidas por la Divina Providencia, de acuerdo al poder de paciencia y a las necesidades de cada quien. En estas tentaciones, uno encontrará entrelazados el pleno consuelo de Dios, junto al sentimiento de infelicidad, la luz junto a la sombra, la lucha y el auxilio, la tristeza y la alegría. Todo esto es, de cualquier manera, señal de que el hombre es ayudado por Dios y de que avanza".
Traducción libre tomada de: "Despre ispite, intristari, dureri si rabdare", Sfantul Isaal Sirul. Editura Evanghelismos. Bucarest, Rumanía, 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario