Amados hijos, ¿Qué
es la Ortodoxia? Somos ortodoxos y generalmente no conocemos la altura,
profundidad, longitud de la Ortodoxia. Necesitamos, entonces, observarla en
toda su santidad.
Ortodoxia es la
verdad sobre Dios, sobre el hombre y
sobre el mundo, así como nos la dio el mismo Dios Encarnado, a través de Su
enseñanza completa. Así como la expresó posteriormente el pensamiento y el
corazón de San Pablo. Así como la describió el discípulo del amor y otros
apóstoles y evangelistas con la divina luz del Espíritu Santo. La Ortodoxia es
la síntesis maravillosa entre dogma y tradición, entre teoría y práctica, así
como nos fuera dejada por los Santos Padres de Alejandría, Constantinopla,
Capadocia, Siria y, más tarde, del Monte Athos.
Todos estos, desde
San Policarpo, que fue, como se sabe, discípulo de los apóstoles, y hasta San
Nicodemo el Aghiorita, quien reposó a principios del siglo XIX, con sabiduría y
santidad, con todos los sacrificios y trabajos que pasaron, nos dejaron la
preciosa herencia de la fe y la vida correctas, el tesoro de la tradición ortodoxa.
Ortodoxia es lo que expresaron oficialmente los Santos Sínodos, esos
cónclaves benditos de los miembros de la Iglesia de Cristo, provenientes de
todas partes del mundo..Esos hombres de
Dios "dotados con la ciencia del alma y el Espíritu Divino" discutieron
sobre los grandes problemas del hombre y su alma, y asentaron el fundamento, la
base de la civilización espiritual.
La Ortodoxia ha
sido marcada con la sangre de los mártires de todos los tiempos, de toda la
comunidad santa formada por millones de héroes e inmolados, hombres, mujeres y
niños. Desde las arenas de Roma hasta los campos de concentración en Rusia,
todos demostraron que la enseñanza cristiana no es una simple teoría, sino
verdad y vida. El heroísmo más hermoso, es la victoria en contra la violencia
cruda y el poder material, por parte del señorío y del Reino del Espíritu.
Luego vendría a
ensalzar la Ortodoxia el culto eclesial, con su bella poesía e himnografía
inspirada por Dios, que llena lo material con lo inmaterial, lo terrenal con lo
celestial, lo individual con lo comunitario, lo franco con el respeto profundo,
lo que se ve con lo que proviene del misterio. En una atmósfera de exaltación y
santidad, se recuerda en culto el
sacrificio del Dios hecho hombre, el drama divino de la Liturgia, en cada
Liturgia en la que participan los fieles. Igualmente, ahí son honradas y
glorificadas las victorias de los grandes de la fe y de la Soberana de la
Iglesia, la Santísima Madre de Dios, la Virgen Maria. Ahí se enaltece el dogma,
no sólo como verdad, sino como respuesta al llamado de los hombres.
Pero tampoco el
ideal por el cual ha luchado siempre el monaquismo difiere del propósito de la
Ortodoxia. Según estudios especializados, el monaquismo ortodoxo ha
constituido desde tiempos remotos la
comunidad espiritual que siempre ha luchado por lograr la libertad espiritual,
por conseguir la plenitud del hombre. Su objetivo ha sido siempre darle una
forma al alma para la renovación de la mente.
Justo en este punto
está el corazón del espíritu monacal: éste es su objetivo y su conquista. Los trabajos y luchas inmateriales de los
ascetas son nuevas batallas también del espíritu. Estas llevan al hombre a una
vida amante de la sabiduría, en busca de la divinización. Así, el camino del
monje no es otro que el de la pureza y retorno a Dios. La Ortodoxia le ha dado
significado a la santidad, no sólo de los ascetas, sino de todo el mundo
cristiano.
(...)
Debemos mencionar también el aspecto social. El elemento fundamental de la Ortodoxia es el amor
al prójimo, entendido en su sentido más profundo. No se trata sólo de caridad,
sino, en general, se trata del amor. El trabajo social, en general, es algo de lo que hasta
hace poco se ha empezado a hablar.
Pero se olvida que éste nació en Jerusalén, después de la Resurrección del Señor. Ahí comenzó la labor con los primeros
comedores públicos, de los que se ocuparon los primeros siete diáconos, así como se
describe en los Hechos de los Apóstoles. San Pablo, de hecho, puede decirse que
fue el primer trabajador social. Junto a
la difusión del Evangelio, se dedicó también a la práctica del amor, de muchas formas.
De igual manera, fueron también trabajadores sociales los sucesores de los
Apóstoles, los Obispos. No existe algo más falso que afirmar que los Padres de
la Iglesia se ocuparon sólo de los dogmas, y nada más. En los tiempos de los
sínodos de la Iglesia, en Cesaréa
apareció, como se sabe, la “Basiliada”, bajo la dirección de San Basilio el
Grande. En Constantinopla funcionaban comedores para siete mil pobres y en
Alejandría se construyeron las primeras maternidades. No sólo los obispos sino
también emperadores y monjes participaron en todos esos trabajos, por amor. Por
medio de todos ellos, la Ortodoxia fue al mismo tiempo la fe correcta y también el trabajo
correcto.
Otro elemento
importante de la Ortodoxia ha sido siempre el heroísmo reflejado por tantos
de sus mártires.Pero esto no se ha
limitado solamente a la ofrenda de la vida por la fe. Los hijos de la Ortodoxia
siempre han sabido demostrar su valor y decisión ante cualquier tipo de
asechanza, como fue la del emperador Juliano, la de los arianos y monofisitas,
o la de los iconoclastas y de los monjes atraídos por los desvíos de los
latinos. Esta multitud de héroes de la Iglesia Ortodoxa no incluye sólo a San
Atanasio, a San Basilio y a San Juan Crisóstomo, sino también a San Teodoro el
Estudita junto a todos los monjes que hacían parte de su monasterio, además de
San Máximo el Confesor y a San Marco Eugenico, Arzobispo de Éfeso.
Otra
característica de la Ortodoxia ha sido también su trabajo apostólico. Nuestra Iglesia,
sin hacer ninguna labor proselitista, ha difundido la luz del Evangelio por muchos
lugares, con amor y templanza. Esta forma de enseñanza nos es ilustrada con claridad
por los Santos Tres Jerarcas, que han iluminado todo ser con los rayos vivos de
la doctrina correcta sobre Dios y el hombre. Por esto, ellos son tres enormes astros
en el firmamento espiritual de la Iglesia.
La Ortodoxia ha
sido siempre el camino imperial del Evangelio. Ella ha mantenido puro y auténtico
el espíritu del cristianismo, frente al misticismo sombrío de las herejías occidentales,
del centralismo papal de los latinos y al subjetivismo racionalista del protestantismo.
Ella ha mantenido siempre la mesura y la armonía, sin equivocarse nunca. Todo
esto, debido a que los Padres de la Iglesia fueron iluminados por el Espíritu y
guiados por Dios en forma santa.
La Ortodoxia no ha
ignorado nunca al hombre, ni a la inteligencia, ni a la naturaleza, ni al arte.
Ha explicado todo y ha creado también cultura.
La Ortodoxia es el
camino del hombre hacia su Creador,
hacia su propia divinización. Ella lleva al hombre a su desarrollo pleno en
Cristo y por Cristo.
La Ortodoxia no es
solamente teología; es también la verdadera psicología y el humanismo auténtico,
es asimismo sociología. Es un diamante que refleja la verdad desde todos sus lados.
Conozcamos, entonces, nuestra
Ortodoxia.
No teóricamente,
sino que sintámosla y vivámosla en toda su profundidad y longitud. Sólo así lograremos
valorarla y demostrar su valor.
Nuestra Ortodoxia no
es un museo, no es pasado, sino vida, creación y luz. Es nuestro ideal más grande,
es la preciosa esperanza de nuestra salvación. Es nuestra honra en Cristo el divulgarla
con heroísmo y gloria, como verdaderos hijos de los grandes héroes que Ella ha dado (...)
Traducción libre del texto publicado en www.credo.ro
El hombre, (como ser humano), posee dos manos, (pero solo de ellas, una de las manos es la que gobierna la totalidad de las dos que posee). La verdad, solo es una, pero cuando alguien se situa en la cumbre de considerar que toda la verdad y nada mas que la verdad, es patrimonio "suyo", entonces deja de considerar el fundamento de la verdad, (regida por el Altisimo), bajo las manos humanas y pecadoras del hombre. Hablando y diciendo "la verdad", (toda la verdad), no puedo dejar de poner mis ojos, sobre aquellos (que en este articulo son llamados "latino" de occidente), para decir que tambien en "ellos" (y en su Iglesia), reposa la "verdad". ¿cuánta de ésta verdad reposa sobre ellos? Yo no puedo saberlo, pero sé con toda la certeza del mundo, que también Dios y el Espiritu Santo actúa en ella. Aún así y todo, veo en la "Ortodoxia", un camino muy "Puro", e inalterado a lo largo de los siglos, para llevar al hombre a Dios, y conducirlo a la verdad plena. Yo no soy partidario nunca de ningún "fanatismo exclusivista", porque ello solo conduce a la marginación y a la adoración de una institución, como suplencia del Dios verdadero, identificandolo con algo (la Iglesia), que aunque es de origen divino, tiene sus bases ancladas terrenamente y sometidas al "albitrio" de hombres pecadores. La verdad, lleva a la "unidad", (segun dicen nuestros Padres de la Iglesia), pero cuando alguien se cree "exclusivista", y desprecia a otros que también buscan y aman a Dios, no puedo estar de acuerdo, pues tal afirmacion lleva a la separación, y como tal separación, a omitir la verdad. Muchas gracias por el articulo, pero espero y deseo, que sin ser verdad lo que ahi dice, nunca se niege que todos los que buscamos con sincero corazon a Cristo, somos hermanos, (aunque estemos plagados de errores).
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