La Semana Santa en la Iglesia Ortodoxa III. El Viernes Santo.

jueves, abril 21, 2011 Posted by JDavidM




El día Viernes Santo en la mañana, se celebra las Horas Reales (Primera, Tercera, Sexta y Novena), en que se vuelven a leer los relatos de los Evangelios acerca de la pasión de Cristo, además de lecturas de profecías del Antiguo Testamento acerca de la redención del ser humano, y de las cartas de San Pablo acerca de salvación del ser humano por los sufrimientos de Cristo. Los salmos que se leen en esta oportunidad también son de carácter profético (por ejemplo, los Salmos 2, 5, 22, 109, 139, etc.)

No hay Liturgia el Viernes Santo, porque conmemoramos el sacrificio supremo ofrecido en el Gólgota. Viernes Santo es día de duelo y estricto ayuno. En vez de la Liturgia, se leen las horas solemnes, que consisten de los salmos Mesiánicos de David, profecías del Antiguo Testamento, Epístolas y Evangelios relatando especialmente la Pasión y Crucifixión del Señor.

Nos redimiste de la maldición de la ley, por Tu Sangre preciosísima. Cuando fuiste elevado sobre la Cruz, y Tu Costado fue llagado con una Lanza. Vertiste pata el mundo la inmortalidad!


Las Vísperas del Viernes Santo

Dentro de las Vísperas del Viernes Santo, se oficia el Des­cendimiento del Señor, de la Cruz, realizados por José de Arimatea, al cual le fue concedido el permiso para sepultar al Señor.

Durante la lectura del Evangelio, mientras se relata este pasaje, el sacerdote sale del Santuario, llevando un lienzo blanco. Se dirige al Crucifijo, que se encuentra en el centro de la Iglesia desde el Jueves en la noche, desciende la imagen del Señor, y envolviéndole con la mortaja, vuelve al Santuario y lo deposita en el Altar.

Posteriormente, sale con el Epitafion, el cual es una imagen del Santo entierro del Señor; y lo deposita sobre el sepulcro, que previamente se ha colocado en el centro de la Iglesia, adornado con flores que aportan los fieles.


En la noche

Al anochecer, se oficia el servicio de los Matutinos del Sábado Santo.

Se conmemora la sepultura del Señor, y también su descendimiento al infierno.

Hasta la venida de Cristo, a la tierra, las almas de todos los difuntos, las de los santos y los profetas, iban, después de su muerte, al infierno, porque el mundo no había sido salvado. Pero Cristo, vino, sufrió, murió en la Cruz y bajó a los infiernos, donde predicó su Evangelio a todos los que habían muerto antes de su llegada y que no tuvieron la oportunidad de escuchar sus sermones sobre una nueva vida, libre de pecado. Por eso, cuando el Señor entró al infierno, fue con tanta luz, majestad y gloria, que todos los que ahí se encontraban lo reconocieron como Dios y Rey. Por su gracia, Jesús rescató, de este lugar, las almas justas.

Este oficio se llama "Lamentaciones". Los fieles encienden velas, mientras el coro entona cánticos de deploración, que expresan la tristeza de los Cristianos por le muerte del Señor; la creencia de que ha descendido al infierno para abolir el poder de Satán, y destruir la muerte; y esperando su rápida vivificadora resurrección.

Después de las Lamentaciones se inicia una procesión con el Epitafion, conmemorando la Santa Sepultura del Señor.

Al final, el Sacerdote distribuye las flores que adornaban el Sepulcro, que los fieles guardan con especial veneración.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

AL MASEEH QAM, HAQQAM QAM.
Le agradezco mucho la información, tambien estoy haciendo un blog acerca de la Iglesia Ortodoxa, se llama: http://itinerarioalaortodoxia1.blogspot.com/,está en construccion.
Saludos cordiales desde México.
En Cristo.
Alfonso Esteban López Hernández.

JDavidM dijo...

Un saludo, Alfonso y que este blog le ayude también en su camino en la Ortodoxia.

Anónimo dijo...

Gracias por la información. Por desgracia no existe mucha información fidedigna o correcta o ortodoxa. Nosotros, inconscientes humanos, somos manipulados muchas veces para caminar en dirección contraria a la verdad, al camino y a la vida. Busquen la verdad de forma humilde y la encontrarán, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

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