San Juan Crisóstomo sobre la riqueza y la falta de piedad, extractos.
Porque te lamentas del esfuerzo que pones en las cosas pasajeras, sin querer compartir lo tuyo con el pobre; por tu falta de piedad, tampoco tú la tendrás de parte de Dios. ¿Por qué te alejas de la enseñanza divina sobre la piedad? Porque, si no crees en ella, también al bautizo has renunciado.
O tú que te crees un buen creyente, ¿Qué responderás en el día del Juicio, cuando se demuestre que las paredes de tu casa estaban llenas de tapices, pero del pobre, desnudo, nunca quisiste dar cuenta? No has ayudado al otro, entonces tampoco tú lo serás. No has abierto las puertas de tu casa al pobre, entonces a tí se te cerrarán las del Cielo. No le has dado pan al hambriento, entonces tú tampoco recibirás la vida eterna. Muéstrame, hombre, tus hechos y serás recompensado, dice el Señor!
¿Cómo van entrar los ricos al Reino de los Cielos, cómo van a evitar el tormento eterno, sin las oraciones de aquellos a los que ayudaron en vida? Por eso les digo a Ustedes, ricos, dedíquense a la piedad, a hacer el bien, para que también de Ustedes se apiade Nuestro Señor Jesucristo, aquel que es glorificado ahora y siempre, por los siglos de los siglos! Amén.
Traducción libre de un texto tomado de "Proloagele", Editura Bunavestire. Bacau, 1999. Pág. 874.
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