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Del oficio de la Epifanía (6 de enero)

lunes, enero 05, 2015 Posted by JDavidM



“Hoy viene a todos nosotros el momento de celebrar y la legión de todos los santos se nos une, porque hoy los ángeles festejan junto a los hombres. Hoy, la gracia del Espíritu Santo, en forma de paloma, descendió sobre las aguas. Hoy, el Sol que no se oculta amaneció, y el mundo se ilumina con la luz del Señor. Hoy, los resplandecientes rayos de la luna iluminan la tierra. Hoy, las refulgentes estrellas, con la luz de su resplandor, embellecen el mundo. Hoy, las nubes rocían sobre los hombres la celestial lluvia de justicia. Hoy, Aquel que no fue creado, acepta voluntariamente ser tocado por la mano de Su criatura. Hoy, el Profeta y Predecesor se acerca al Soberano y, con temor, permanece cerca de Él, observando cómo Dios desciende hacia nosotros. Hoy, las aguas del Jordán se hacen sanación, con la venida del Señor. Hoy, toda la creación bebe del misterioso manantial. Hoy, los pecados de los hombres se purifican en las aguas del Jordán. Hoy, el cielo se abrió a los hombres y el Sol de justicia nos alumbra. Hoy, el amarga agua de los tiempos de Moisés, se convierte en la miel del pueblo, con la venida del Señor. Hoy, nos hemos librado del llanto antiguo y cual nuevo Israel nos hemos salvado. Hoy, nos hemos salvado de la oscuridad y con la luz del conocimiento de Dios nos hemos iluminado. Hoy, la oscuridad del mundo se desvanece con la manifestación de nuestro Dios. Hoy, toda criatura es alumbrada desde el cielo, cual si se tratara de una antorcha. Hoy, el engaño se derrumba y la venida del Soberano nos abre el camino de la salvación. Hoy, festejan cielos y tierra, proclamando juntos. Hoy, la santificada y muy conocida legión de los ortodoxos se regocija. Hoy, el Soberano asiste al Bautizo, para elevar la naturaleza humana. Hoy, el Altísimo se prostrerna ante Su siervo, para librarnos de la servidumbre. Hoy, el Reino de los Cielos hemos obtenido, porque el Reino de Dios no tiene fin. Hoy, la tierra y el mar ha compartido la alegría del mundo, que se ha llenado de felicidad.
Te vieron las aguas, Oh Dios, te vieron las aguas y temieron. El Jordán regresó sus aguas, viendo el Fuego de la Divinidad encarnándose y entrando en él. El Jordán regresó sus aguas, viendo al Espíritu Santo en imagen de paloma, descendiendo y volando alrededor de él. El Jordán regresó sus aguas, viendo a Aquel que no puede ser visto, al Creador encarnado, al Soberano en imagen de siervo. El Jordán regresó sus aguas y los montes se sobrecogieron viendo a Dios encarnado; las nubes, entonces exclamaron, admirándose de Aquel que vino, la Luz de la Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, en un festejo soberano, viendo hoy en el Jordán a Aquel que hundió la muerte de la desobedencia, la picadura del engaño y las ataduras del infierno, dándole al mundo el Bautizo de la salvación. Por eso, también yo, pecador e indigno servidor Tuyo, cofensando Tus gloriosos milagros, estremecido de temor, con humildad exclamo a Tí:

¡Qué grande eres, Señor, y qué maravillosas son Tus obras; no hay palabras suficientes para glorificar Tus maravillas!"


Traducido del texto publicado en:  http://molitfelnic.ro/slujba-aghiasmei-celei-mari-la-botezul-domnului-nostru-iisus-hristos/


La Epifanía oficiada por P.S. Calinic Botosaneanul (FOTO).

viernes, enero 06, 2012 Posted by JDavidM

El día de hoy tuvimos la oportunidad de asistir a la celebración de la Epifanía (Boboteaza) y la bendición de la "Aghiazma Mare", oficiada de forma privilegiada, por el Obispo Vicario del Arzobispado de Iasi (Metropolía de Moldova y Bucovina), P.S. Calinic, en una parroquia del distrito de Neamt. Luego de una edificante y profunda homilía sobre el significado de la  Epifanía y del sacramento del Bautizo en sí, el jerarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana procedió a oficiar la ceremonia de bendición del agua. He aquí un breve testimonio gráfico de ello:

Detalle de la asistencia masiva a la Liturgia
P.S. Calinic saliendo de la iglesia al terminar la Liturgia y antes de comenzar la bendición de la "Aghiazma"..
Los fieles, aglomerándose alrededor del jerarca.
El obispo, rodeado por los otros sacerdotes oficiantes, entre ellos el director del Seminario Teológico de Neamt y profesores del mismo.
P.S. Calinic leyendo las primeras oraciones del oficio.
Detalle del oficio.
Cruz que recuerda a los héroes rumanos que dieron su vida en distintos campos de lucha.
Detalle de la Iglesia de la Dormición de la Virgen ("Adormirea Maicii Domnului").
El jerarca rumano orando antes de  bendecir el agua.
El obispo, en actitud meditativa y de oración ante la importancia del evento celebrado.
Escuchando a los otros sacerdotes mientros estos oran.
El obispo Calinic, bendiciendo los recipientes de agua llevados por los fieles.
Al terminar el oficio, escuchando las palabras de agradecimiento ofrecidas por los sacerdotes párrocos del lugar.
Despidiéndose de los oficiantes y fieles, antes de impartir su bendición.

6 de enero, Epifanía (Boboteaza) o Bautizo de Nuestro Señor Jesucristo.

viernes, enero 06, 2012 Posted by JDavidM



El 6 de enero celebramos el Bautizo del Señor, conocido como Epifanía o Teofanía (en rumano “Boboteaza”). La palabra “Epifanía”, de origen griego, significa “descubrimiento” o “manifestación”. ¿Por qué? Porque en el momento en que Cristo fue bautizado en el Jordán, el cielo se abrió, el Espíritu de Dios descendió en forma de paloma y, permaneciendo sobre Aquel, se escuchó decir al Padre: “Este es mi hijo muy amado, en Quien he puesto mi complacencia” (Mateo 3, 17). Al respecto, San Juan Crisóstomo dice: “Cristo no fue conocido tanto cuando nació, sino cuando fue bautizado”.

La celebración de la Epifanía es recordada aún desde el siglo II, por San Clemente Alejandrino. En los primeros siglos, la Epifanía era celebrada al mismo tiempo que la Natividad del Señor, el 6 de enero. Comenzando con el siglo IV, estas dos fiestas fueron separadas: el 25 de diciembre quedó establecido como fecha para celebrar el Nacimiento del Salvador, y el 6 de enero para recordar su Bautizo.

La Epifanía, el día en que Cristo se mostró al mundo

Comenzando con su Bautizo, Cristo sale de las sombras del anonimato y comienza a predicar. Todo esto aconteció cuando tenía ya 30 años, edad que es considerada el inicio de la madurez para los hebreos. Jesús buscó a Juan para que le bautizara, no porque tuviera necesidad de limpiar sus pecados, porque era Dios hecho hombre, sino para santificar la creación. Que el Salvador no buscó a Juan para recibir perdón por sus pecados, se evidencia por el hecho que el bautizo de Juan ayudaba al individuo a reconocer su estatus de pecador, aunque no podía ofrecer perdón por esas faltas.
Jesús recibe el bautizo de Juan para volver a llevar el Espíritu Santo a la creación. Habiendo caído en pecado, el hombre había perdido al Espíritu Santo, así como nos afirma San Cirilo de Alejandría. El Bautizo de Cristo representa el momento en que volvieron a brotar los manantiales de la gracia, que fueran cerrados para el hombre y para la creación entera. Como dicen las palabras de la oración que se lee la Epifanía: "Hoy la esencia de las aguas se santifica...", no debemos entender que la gracia de Dios desciende, al oficiarse el servicio de santificación del agua, sobre “toda” el agua existente, sino solamente sobre aquella preparada anteriormente para este fin.



En el Bautizo del Señor se asienta el inicio y fundamento del Sacramento del Bautismo.
Aceptando ser bautizado en el Jordán, Cristo enterró al viejo Adán y dio lugar a la construcción de un hombre nuevo. Las aguas del Jordán recibieron a Dios hecho hombre, no para limpiarlo, sino para ser ellas mismas purificadas. Efectivamente, Cristo purificó, al ser sumergido en el Jordán, todo ser caído en pecado, extinguiendo asimismo el poder del maligno sobre la creación. En la oración de santificación del agua en el sacramento del Bautismo, se pide que descienda el Espíritu Santo para eliminar de ella cualquier tipo de obra demónica, para que se convierta, por medio de la plena venida del Espíritu, en el lugar en que se nazca el hombre nuevo en Cristo. Así, el rito ortodoxo del Bautizo repite estos momentos, que significan el paso de una etapa existencial a otra: comienza con la renuncia a los poderes del maligno y se cierra con el recibimiento de la gracia del Espíritu Santo.

La Epifanía y la santificación del agua cada 6 de enero
En las vísperas y el día de la Epifanía, en todas las iglesias ortodoxas, con el poder del Espíritu Santo y por medio de las oraciones de jerarcas y sacerdotes, se santifica la “Aghiazma (Agiasma) Mare” o Agua Santificada Mayor.

Los fieles ortodoxos beben, en ayunas, de esta agua durante ocho días, hasta el 14 de enero y según recomendación del sacerdote confesor. La “Aghiazma Mare” se utiliza también, en las vísperas de la festividad, para la santificación de las casas de los fieles y de todos los que las habitan. Con ella se rocían incluso los distintos objetos que deben ser bendecidos, como las vestiduras y vasos litúrgicos, cruces y monumentos, campanas, íconos y la Santa y Grande Mirra.