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De la Filocalia: el amor al prójimo. Extractos.

lunes, agosto 27, 2012 Posted by JDavidM


"A aquellos que han sido juzgados dignos de llegar a ser hijos de Dios y de nacer de lo alto por el Espíritu Santo, les ocurre que lloran y se afligen por el género humano, y rezan por el Adán total derramando lágrimas, pues arden en amor espiritual por la humanidad. También a veces su espíritu se inflama con tal alegría y tal amor que, si fuera posible, acogerían a todos los hombres en su corazón, sin distinguir a los malos de los buenos. Y a veces, en la humildad de su espíritu, se rebajan de tal manera ante los hombres que se consideran los últimos y menores de todos". San Macario el Grande

"No tener compasión por los pecados del otro, sino pronunciar un juicio severo sobre ellos, es un signo evidente de que el alma no se ha purificado todavía de las malas pasiones". San Juan Casiano

"Se debe rezar, a imitación de la existencia angélica, no sólo por la purificación propia, sino también por la purificación de todos los hombres". "Dichoso el monje que considera a todo hombre como Dios junto a Dios. Dichoso el monje que estima la salvación de los otros y los progresos de todos como los suyos propios. El monje es aquel que, separándose de todos, se une a todos. Es aquel que sabe que está con todos y aprecia a cada uno como a sí mismo". "No prefieras nada al amor al prójimo, salvo en el caso de que te lleve a desdeñar el amor a Dios". San Nilo el Sinaíta

"El sentido de la petición ‘Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo’, es que nos unamos los unos a los otros sin envidia, con sencillez, amor, paz y alegría; es que consideremos el éxito de nuestro prójimo como victoria nuestra, sus debilidades, faltas y penas como heridas propias. Pues se ha dicho: ‘No busquéis vuestro propio interés, sino el interés mutuo’ (Flp 2, 4). Así, por la compasión recíproca y sobre todo por la que sienten los que gozan de salud hacia los enfermos, es como seremos capaces de cumplir los mandamientos de Cristo". San Efrén el Sirio
"El signo de un espíritu humilde es satisfacer a manos llenas las necesidades del hermano, como si fueras tú mismo quien recibiera ayuda". San Efrén el Sirio
"Preocupémonos por adquirir los bienes eternos que nos han sido prometidos. Preocupémonos antes de que llegue la noche y se cierre el mercado. Busquemos entre los pobres y los indigentes amigos para la vida de arriba...". San Efrén el Sirio
«Este es el signo de la perfección, como probaron Moisés, Pablo - lleno de fervor - y los otros apóstoles: si diez veces al día sois entregados al fuego por amor al prójimo, no os deis por satisfechos: Dios entregó a su Hijo a la muerte en cruz por amor de la criatura. Y si hubiera tenido algo aún más precioso, nos lo hubiera dado también para salvar al género humano. Todos los santos imitan esto y, para llegar a la perfección, buscan hacerse semejantes a Dios por el amor total al prójimo". San Isaac el Sirio
"Nadie tiene derecho a decir que progresa espiritualmente en el amor al prójimo si descuida la dimensión que, en la medida de sus fuerzas y según las urgencias del tiempo y del lugar, debe realizarse corporalmente. Pues sólo este esfuerzo corporal aporta la certeza de que en un hombre existe el amor perfecto. Cuando, según nuestras posibilidades, somos fieles y verdaderos en este plano, es cuando nuestra alma recibe la fuerza para acceder – con pensamientos sencillos e incomparables – a las contemplaciones más altas y divinas". San Isaac el Sirio
"El hombre verdaderamente misericordioso no sólo da la ayuda a que está obligado, sino que soporta con alegría la injusticia que los otros le infligen y les perdona. Es verdaderamente misericordioso aquel que sacrifica su alma por su hermano y no aquel que, por medio de la limosna, es caritativo con él". San Isaac el Sirio
"Déjate perseguir, pero tú no persigas. Déjate crucificar, pero tú no crucifiques. Déjate ofender, pero tú no ofendas. Déjate calumniar, pero tú no calumnies… Alégrate con los que se alegran y llora con los que lloran: este es el signo de la pureza. Ten pena con los que sufren. Derrama lágrimas con los pecadores. Goza con los que se arrepienten. Sé amigo de todos, pero en tu interior permanece solo". San  Isaac el Sirio

Extraído de "El Sacramento del Hermano". Santa Maria Skobtsova. Editorial Sígueme, 2004 
Foto: Cristina Nichitus-Roncea y simplyorthodox.tumblr.com

Sobre las tentaciones que sirven para vencer el orgullo. San Isaac Sirio.

lunes, agosto 06, 2012 Posted by JDavidM


"En este punto hablaré de las tentaciones que son enviadas desde el cetro divino de Dios, para que el alma crezca en virtud; por medio de estas tentaciones, el alma se ejercita, es puesta a prueba. Estas son: la pereza, pesadez corporal, debilitamiento de las articulaciones, apatía, turbación mental, la idea persistente de que tenemos alguna enfermedad, estados de desesperanza, pensamientos oscuros, dificultad para hallar ayuda en los demás y para encontrar lo necesario para sostenerse, así como otras parecidas. Por medio de estas tentaciones, el individuo siente en su alma cierto abandono y falta de confianza en sí mismo, pero, mientras tanto, su corazón se  hace humilde y se fortalece. El hombre es probado de esta manera, para que desee buscar la gracia de su Creador. Estas tentaciones son permitidas por la Divina Providencia, de acuerdo al poder de paciencia y a las necesidades de cada quien. En estas tentaciones, uno encontrará entrelazados el pleno consuelo de Dios, junto al sentimiento de infelicidad, la luz junto a la sombra, la lucha y el auxilio, la tristeza y la alegría. Todo esto es, de cualquier manera, señal de que el hombre es ayudado por Dios y de que avanza".

Traducción libre tomada de: "Despre ispite, intristari, dureri si rabdare", Sfantul Isaal Sirul. Editura Evanghelismos. Bucarest, Rumanía, 2007.

Oración de San Isaac de Siria.

miércoles, noviembre 16, 2011 Posted by JDavidM


"Señor Jesucristo, Dios nuestro, Tú que lloraste por Lázaro con lágrimas de tristeza y  compasión, recibe también las lágrimas que brotan de mis ojos. Con Tus sufrimientos sana los míos, con Tus heridas cura las que me cubren, con Tu sangre limpia la mía y llena mi cuerpo con la unción del Tuyo, que es dador de vida. Que la hiel que te dieron a beber endulce la amargura con la que el enemigo me inunda. Que Tu cuerpo extendido en la cruz, extienda hacia Ti mi mente tan abatida por los demonios. Que Tu cabeza, que inclinaste en la cruz, levante la mía tan golpeada por mis adversarios. Que Tus santísimas manos, atravesadas por quienes no creían en Tí, para crucificarte, me lleven hacia Ti desde mi estado de perdicion, así como Tus santísimos labios nos prometieron. Que Tu rostro, golpeado y escupido, llene de luz el mio, tan lleno de faltas. Que Tu alma, que le diste al Padre cuando estabas en la cruz, me eleve hacia Ti a través de Tu don.

No tengo un corazón contrito para buscarte, no tengo el suficiente arrepentimiento y la humildad que retorna los hijos a su heredad, no tengo lágrimas sinceras, Señor. Mi mente se ha oscurecido con las cosas de este mundo y es incapaz de buscarte en su dolor. Mi corazón se ha enfriado después de tantas tentaciones y no consigue encenderse en lágrimas de amor por Ti. Sino tu, Señor Jesucristo Dios, manantial de todo lo bueno, dame un arrepentimiento sincero y un corazón humilde para salir, con toda el alma, en tu búsqueda, porque sin Ti me alejo de todo lo que es bueno.

Dame, igualmente, oh Bondadoso, el don de Tu Padre, quien antes de todos los siglos te hizo nacer de Su seno, para que renueve en mí la luz de Tu rostro. Te he abandonado, no me abandones, me  he alejado de Ti, sal en mi búsqueda. Llévame con Tu redil, hazme ser una de Tus ovejas elegidas. Llévame a pastar junto a ellas, en los verdes campos de Tus Misterios. Porque la limpia alma de Tus ovejas es tu morada y en ellas se ve la luz de Tus dones. Tu luz es consuelo y descanso para los que sufren por Ti en sus aflicciones y penas. Que esa luz me haga merecer a mí, indigno como soy, Tus dones y Tu amor a la humanidad, por los siglos de los siglos, Amén”.