Mostrando entradas con la etiqueta San Juan Crisóstomo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta San Juan Crisóstomo. Mostrar todas las entradas

Oración para cada hora del día, San Juan Crisóstomo. VIDEO

jueves, junio 04, 2015 Posted by JDavidM


Oración para cada hora de la noche, San Juan Crisóstomo. VIDEO

miércoles, junio 03, 2015 Posted by JDavidM






Sobre el Año Nuevo, de San Juan Crisóstomo.

sábado, diciembre 31, 2011 Posted by JDavidM


"... Si quieres que el Año Nuevo te sea de utilidad, agradece ahora, cuando ha pasado un año más, agradécele al Señor que te haya permitido llegar a este momento, busca en tu corazón y enumera los días que has vivido y, luego, repite esto para tí mismo: Los días pasan rápidamente, el número de mis años aumenta y ya he recorrido gran parte del camino de mi vida, pero ¿Qué bien he hecho? ¿Será que no me iré de esta vida completamente vacío y sin ninguna rectitud? El día de mi juicio está a la puerta, mis días de ancianidad se acercan".

"Medita sobre esto el día de Año Nuevo, mantén estas palabras en tu mente cuando llegue el momento de cambiar de año. Dirijamos nuestra mente a lo que viene, para que nadie pueda decir las palabras dirigidas por el profeta a los judíos: "De un soplo, entonces, apagó sus días, trágicamente se acabaron sus años" (Salmo 77, 33)..."



Extraído y traducido de: 
http://www.razbointrucuvant.ro/2008/12/31/cum-sa-petrecem-de-anul-nou-ne-invata-lamurit-sfantul-ioan-gura-de-aur/

13 de noviembre, San Juan Crisóstomo.

domingo, noviembre 13, 2011 Posted by JDavidM

El más grande y amado entre todos los oradores cristianos, San Juan Crisóstomo, nació en Antioquia entre los años 344-347; provenía de una noble familia, Secundo, funcionario civil en la administración militar de Siria, quien muere poco tiempo después del nacimiento de Juan; y Anthusa, una excelente mujer y una cristiana ejemplar, viuda a la edad de veinte años, quien se hizo cargo de la educación piadosa y esmerada de su hijo, así como de su primera hija. Juan recibió su enseñanza literaria del filósofo Anthragathius y de Livanio, el sofista, quien fuera el más grande maestro de la escuela retórica griega en aquel tiempo. Livanio era pagano, y cuando le preguntaron antes de su muerte a quien consideraba su mejor sucesor, contestó: "Por supuesto a Juan, si los cristianos no lo hubiesen separado de nosotros," y sobre la madre de Juan opinó: "¡Qué dignas mujeres tienen los cristianos!" 

Después de terminar sus estudios Juan ocupó el puesto de abogado y se hizo muy famoso por su elocuencia. Pero muy pronto la vida mundana lo cansó. Al recibir el bautismo a la edad adulta, según las costumbres de aquellos tiempos, quiso alejarse al desierto, pero se quedó en la ciudad por petición de su madre.

Mientras tanto el obispo de Antioquia Meletio se enteró de su extraordinaria inteligencia y lo ordenó lector en el año 370. En este tiempo Juan estaba estudiando las Escrituras Sagradas y otras ciencias relacionadas con la teología.

Al fallecer su madre, pudo cumplir su más gran deseo. Del año 374 al 381 se dedicó a la vida monástica en una ermita cerca de Antioquía; su extremo ascetismo minó su salud obligándolo a regresar a Antioquía, donde San Meletio lo ordenó diácono en el año 381.

San Meletio fue llamado a Constantinopla para presidir el Segundo Concilio Ecuménico durante el cual se durmió en el Señor. En el año 386 el obispo Flaviano ordena a Juan presbítero de la Iglesia de Antioquía. Los doce años de su servicio en Antioquia fueron los años más felices de su vida. Predicaba sin parar y participaba de manera muy activa en las alegrías y tristezas de sus parroquianos. Muchas veces sus sermones eran interrumpidos por fuertes aplausos. Juan calmaba al público diciendo: "¿Para qué me sirven sus aplausos? Arrepentimiento y conversión de vida hacia Dios, son los mejores elogios para mí de parte de ustedes." Especialmente Juan se hizo famoso por sus palabras referidas a las desgracias que amenazaban a la gente de Antioquia por derrumbar las estatuas de los emperadores. Muy pronto, en todo el mundo cristiano Juan se hizo famoso como “El Crisóstomo” (Boca de oro) (este nombre le fue dado por su gran elocuencia). Dada su fama fue elegido por el pueblo como sucesor de San Nectario –quien a su vez había sucedido a San Gregorio el Teólogo-; y fue consagrado Obispo de Constantinopla el 28 de febrero de 398 por Teófilo, Patriarca de Alejandría.

Los primeros tiempos de su labor fueron muy agradables para Juan: empezó a luchar con todas sus fuerzas contra lo que quedaba del arrianismo, por establecer la paz entre algunos obispos que estaban en conflicto y por corregir al clero y a los parroquianos. Pero esta enérgica actividad le trajo muchos enemigos, la más importante de entre ellos, la emperatriz Eudoxia, quien encabezaba la lucha contra Juan. Eudoxia era una mujer frívola y ambiciosa, había atraído a su grupo al Arzobispo Teófilo y junto con él se unieron los obispos descontentos con Juan. Estos obispos organizaron un concilio en una ciudad cerca de Calcedonia llamada la Encina en agosto del 403 y condenaron a Juan a dejar la cátedra y al exilio en el Ponto.

"La iglesia de Cristo no comenzó conmigo ni terminará conmigo" — les dijo Juan a los fieles y dejó la capital. Pero la misma noche hubo un terrible terremoto y sus golpes más fuertes se escucharon en el palacio. Asustada Eudoxia mandó pedir al Crisóstomo que regresará a la ciudad. Pronto el ambiente de reconciliación se transformó en nuevos enfrentamientos con Eudoxia. Pasaron dos meses y Eudoxia se entregó nuevamente a sus pasiones y vicios. En la fiesta de San Juan Bautista, el Crisóstomo inició su sermón con estas palabras: “Ya se enfurece nuevamente Herodías, nuevamente se conmueve, baila de nuevo y nuevamente pide en una bandeja la cabeza de Juan”. Sus adversarios consideraron estas palabras como una alusión a Eudoxia. Esta vez Juan fue condenado por rebeldía y fue enviado al exilio a Cucusa en el año 404, en la frontera de Cilicia y Armenia, adonde durante tres años acudían desde Antioquía muchos de sus antiguos fieles, por lo que sus enemigos decidieron desterrarlo a Pitio, lugar inhóspito cerca del Cáucaso.

El arduo viaje de 3 meses estuvo lleno de contrariedades y sufrimientos; los rudos guerreros llevaban al Santo caminando a través de las montañas con calor y lluvia torrencial. El Santo no alcanzó a llegar a Pitio; entregó su alma al Señor cerca de Comana, en el Ponto, en la capilla del Mártir Basilisco, donde, durante la noche tuvo la visión del Santo Mártir, quien le dijo: "No te entristezcas, hermano, mañana estaremos juntos." Al día siguiente, por la mañana, después de comulgar los Santos Dones, y de pronunciar las palabras: "¡Gloria a Dios por todo!" San Juan Falleció en paz el 14 de septiembre de 407.

Sus santas reliquias fueron trasladadas a Constantinopla 31 años después por el Emperador Teodosio el Joven y Santa Pulcheria. Los hijos de Arcadio y Eudoxia con fervientes suplicas pidieron perdón por los pecados de sus padres; el retorno de estas santas reliquias es celebrado el 27 de enero. El Crisóstomo hizo exhaustivos comentarios sobre las Sagradas Escrituras y es el autor con más número de obras entre los Padres de la Iglesia. Nos dejó comentarios sobre todo el libro del Génesis, los Evangelios de San Mateo y San Juan, Hechos de los Apóstoles y sobre todas las epístolas de San Pablo; 1447 sermones y 240 epístolas. Junto con esta conmemoración y la del 27 de enero, se le conmemora con los jerarcas de la Iglesia Basilio el Grande y Gregorio el Teólogo el 30 de enero. 

Fuente: iglesiaortodoxa.cl

San Juan Crisóstomo sobre la riqueza y la falta de piedad, extractos.

viernes, julio 01, 2011 Posted by JDavidM


Porque te lamentas del esfuerzo que pones en las cosas pasajeras, sin querer compartir lo tuyo con el pobre; por tu falta de piedad, tampoco tú la tendrás de parte de Dios. ¿Por qué te alejas de la enseñanza divina sobre la piedad? Porque, si no crees en ella, también al bautizo has renunciado.

O tú que te crees un buen creyente, ¿Qué responderás en el día del Juicio, cuando se demuestre que las paredes de tu casa estaban llenas de tapices, pero del pobre, desnudo, nunca quisiste dar cuenta? No has ayudado al otro, entonces tampoco tú lo serás. No has abierto las puertas de tu casa al pobre, entonces a tí se te cerrarán las del Cielo. No le has dado pan al hambriento, entonces tú tampoco recibirás la vida eterna. Muéstrame, hombre, tus hechos y serás recompensado, dice el Señor!


¿Cómo van entrar los ricos al Reino de los Cielos, cómo van a evitar el tormento eterno, sin las oraciones de aquellos a los que ayudaron en vida? Por eso les digo a Ustedes, ricos, dedíquense a la piedad, a hacer el bien, para que también de Ustedes se apiade Nuestro Señor Jesucristo, aquel que es glorificado ahora y siempre, por los siglos de los siglos! Amén.


Traducción libre de un texto tomado de "Proloagele", Editura Bunavestire. Bacau, 1999. Pág. 874.

Para la Navidad, homilía de San Juan Crisóstomo.

viernes, diciembre 24, 2010 Posted by JDavidM




Tu nacimiento, oh Cristo nuestro Dios, ha hecho resplandecer sobre el mundo la luz de la sabiduría. Porque los que se postraban ante los astros, aprendieron del astro, a adorarte a Tí, oh Sol de Justicia. Y saber, que viniste del resplandor de las alturas, oh Señor, gloria a Tí




Homilía de la Natividad de San Juan Crisóstomo

¡Me sorprende un nuevo y maravilloso misterio! Mis oídos resuenan ante el himno de los pastores que no entonan una melodía suave sino un himno celestial ensordecedor.

¡Los ángeles cantan!

¡Los Arcángeles unen sus voces en armonía!

¡Los Querubines entonan sus alabanzas llenas de gozo!

¡Los Serafines exaltan Su glori
a!

Todos se unen para alabar en esta santa festividad, sorprendiéndose ante el mismo Dios aquí… en la tierra y el hombre en el cielo. Aquel que está arriba, por nuestra salvación reposa aquí abajo; y nosotros, que estábamos abajo somos exaltados por la divina misericordia.

Hoy Belén se asemeja a los cielos, escuchando desde las estrellas el canto de las voces angélicas y, en lugar del sol, presencia la aparición del Sol de la Justicia. No pregunten como es esto, porque donde Dios desea, el orden de la naturaleza es cambiado. Porque Él quiso, tuvo el poder para descender.

Él salvó. Todo se movió en obediencia a Dios. Hoy, Aquel que es, nace. Y Aquel que es, se convierte en lo que no era. Porque cuando era Dios, se hizo hombre sin dejar de ser Dios…

Y así los reyes llegaron, viendo al Rey celestial que vino a la tierra, sin traer ángeles, ni arcángeles, ni tronos, ni dominaciones, ni poderes, ni principados, sino iniciando un nuevo y solitario camino desde un seno virginal. Y sin embargo no olvidó a sus ángeles, no los privó de su cuidado, porque por su encarnación no ha dejado de ser Dios.

Y, miren: los reyes han llegado, para servir al Jefe de los ejércitos celestiales; las mujeres vienen a adorarlo, pues ha nacido de una mujer, para que cambie las penas del alumbramiento en gozo; las vírgenes, al hijo de la Virgen… Los niños vienen a adorarlo pues se hizo niño, porque de la boca de los niños perfeccionará la alabanza; los niños, al niño que levantó mártires por la matanza de Herodes; Los hombres a Aquel que se hace hombre para curar las miserias de sus siervos. Los pastores, al Buen Pastor que da la vida por sus ovejas; los sacerdotes, a Aquel que se hace Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec. Los siervos, a Aquel que tomó la forma de siervo, para bendecir nuestro servicio con la recompensa de la libertad (Fil 2:7); Los pescadores, al Pescador de la humanidad; Los publicanos, a Aquel quien estando entre ellos los nombró evangelistas; Las mujeres pecadoras a Aquel que entregó sus pies a las lágrimas de la mujer arrepentida, y para que pueda abrazarlos también yo; todos los pecadores han venido, para poder ver al Cordero de Dios que carga con los pecados del mundo.

Por eso todos se regocijan, y yo también deseo regocijarme. Deseo participar de esta danza y de este coro, para celebrar esta fiesta. Pero tomo mi lugar, no tocando el arpa ni llevando una antorcha, sino abrazando la cuna de Cristo.

¡Porque ésta es mi esperanza!

¡Ésta es mi vida!

¡Ésta es mi salvación!

¡Éste es mi canto, mi arpa!

Y trayéndola en mis brazos, vengo ante ustedes habiendo recibido el poder y el don de la palabra, y con los ángeles y los pastores canto:

¡Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra y entre los hombres buena voluntad!


(Un especial completo sobre la Navidad puede encontrarse en: http://iglesiaortodoxa.cl/la_natividad_de_cristo1.htm )

San Juan Crisóstomo, sobre la educación de los hijos.

lunes, agosto 30, 2010 Posted by JDavidM




Si de por sí ya tenemos una gran responsabilidad cuando se habla de ayudar a los demás, porque se dice "Que cada uno piense no en sí mismo, sino en los demás" (I Corintios, 10, 24), es aún mucho más grande la responsabilidad que tenemos en relación a nuestros hijos. ¿No te los envié - nos pide cuentas Dios - y no los tuviste desde el comienzo? ¿No te nombré guía, protector, maestro y tutor de ellos? ¿No te dí poder sobre ellos? ¿No te mandé que los formaras y educaras de la forma debida, desde que eran pequeños? ¿Qué perdón esperas recibir, si los dejaste tomar el camino equivocado y se perdieron? ¿Qué más puedes decir? ¿Que es difícil y algunas veces a penas podías enfrentar la situación?
Debías pensarlo antes, cuando el niño es obediente y escucha con un corazón amoroso. Entonces debías haberlo educado con atención, para acostumbrarlo como es debido, para corregirle cualquier debilidad. Cuando ese trabajo era más fácil, entonces debías haber cortado la maleza, entonces, cuando era pequeño y los problemas no eran difíciles de resolver, problemas que de no haber sido descuidados, no hubieran llegado a complicarse.


Nuestros hijos son un gran tesoro. Tengamos, entonces, mucho cuidado con ellos y hagamos todo lo posible por no perderlos, porque el astuto está atento a engañarlos. ¿Qué hacemos hoy por ellos? Precisamente lo que no debemos.
Cuando se trata de nuestros bienes materiales, cuidamos ponerlos en manos de quien consideramos confiable y honorable. No mostramos, aún así, la misma preocupación por lo más precioso que tenemos, nuestros niños. No buscamos para nuestro hijo un buen pedagogo que no lo deje apartarse de la sabiduría. Y, sin embargo, nuestros hijos son siempre nuestro haber más importante y por ellos hacemos todo lo que hacemos. Por los bienes que les vamos a dejar nos desvivimos, pero por ellos mismos, no. ¿Ves qué forma retorcida de ver las cosas tenemos? Cuida el alma de tu hijo y el resto vendrá por sí mismo. Si el alma no es buena, entonces ningún bien le será útil. Pero, si el alma ha sido fortalecida con la fe, llena de virtud y limpia, entonces ni siquiera la pobreza le podrá afectar.

(Extraído y traducido de, "Parinti, copii si cresterea lor", San Juan Crisóstomo (Ioan Gura de Aur, en rumano). Editura Panaghia. Suceava. Fotografía de Cristina Nichitus, en el Monasterio Petru Voda, Rumanía)