Oración para cada hora del día, San Juan Crisóstomo. VIDEO
miércoles, junio 03, 2015 Posted by JDavidM
sábado, diciembre 31, 2011 Posted by JDavidM
domingo, noviembre 13, 2011 Posted by JDavidM
viernes, julio 01, 2011 Posted by JDavidM
Porque te lamentas del esfuerzo que pones en las cosas pasajeras, sin querer compartir lo tuyo con el pobre; por tu falta de piedad, tampoco tú la tendrás de parte de Dios. ¿Por qué te alejas de la enseñanza divina sobre la piedad? Porque, si no crees en ella, también al bautizo has renunciado.
O tú que te crees un buen creyente, ¿Qué responderás en el día del Juicio, cuando se demuestre que las paredes de tu casa estaban llenas de tapices, pero del pobre, desnudo, nunca quisiste dar cuenta? No has ayudado al otro, entonces tampoco tú lo serás. No has abierto las puertas de tu casa al pobre, entonces a tí se te cerrarán las del Cielo. No le has dado pan al hambriento, entonces tú tampoco recibirás la vida eterna. Muéstrame, hombre, tus hechos y serás recompensado, dice el Señor!
¿Cómo van entrar los ricos al Reino de los Cielos, cómo van a evitar el tormento eterno, sin las oraciones de aquellos a los que ayudaron en vida? Por eso les digo a Ustedes, ricos, dedíquense a la piedad, a hacer el bien, para que también de Ustedes se apiade Nuestro Señor Jesucristo, aquel que es glorificado ahora y siempre, por los siglos de los siglos! Amén.
Traducción libre de un texto tomado de "Proloagele", Editura Bunavestire. Bacau, 1999. Pág. 874.
viernes, diciembre 24, 2010 Posted by JDavidM
Tu nacimiento, oh Cristo nuestro Dios, ha hecho resplandecer sobre el mundo la luz de la sabiduría. Porque los que se postraban ante los astros, aprendieron del astro, a adorarte a Tí, oh Sol de Justicia. Y saber, que viniste del resplandor de las alturas, oh Señor, gloria a Tí
Homilía de la Natividad de San Juan Crisóstomo
¡Me sorprende un nuevo y maravilloso misterio! Mis oídos resuenan ante el himno de los pastores que no entonan una melodía suave sino un himno celestial ensordecedor.
¡Los ángeles cantan!
¡Los Arcángeles unen sus voces en armonía!
¡Los Querubines entonan sus alabanzas llenas de gozo!
¡Los Serafines exaltan Su gloria!
Todos se unen para alabar en esta santa festividad, sorprendiéndose ante el mismo Dios aquí… en la tierra y el hombre en el cielo. Aquel que está arriba, por nuestra salvación reposa aquí abajo; y nosotros, que estábamos abajo somos exaltados por la divina misericordia.
Hoy Belén se asemeja a los cielos, escuchando desde las estrellas el canto de las voces angélicas y, en lugar del sol, presencia la aparición del Sol de la Justicia. No pregunten como es esto, porque donde Dios desea, el orden de la naturaleza es cambiado. Porque Él quiso, tuvo el poder para descender.
Él salvó. Todo se movió en obediencia a Dios. Hoy, Aquel que es, nace. Y Aquel que es, se convierte en lo que no era. Porque cuando era Dios, se hizo hombre sin dejar de ser Dios…
Y así los reyes llegaron, viendo al Rey celestial que vino a la tierra, sin traer ángeles, ni arcángeles, ni tronos, ni dominaciones, ni poderes, ni principados, sino iniciando un nuevo y solitario camino desde un seno virginal. Y sin embargo no olvidó a sus ángeles, no los privó de su cuidado, porque por su encarnación no ha dejado de ser Dios.
Y, miren: los reyes han llegado, para servir al Jefe de los ejércitos celestiales; las mujeres vienen a adorarlo, pues ha nacido de una mujer, para que cambie las penas del alumbramiento en gozo; las vírgenes, al hijo de la Virgen… Los niños vienen a adorarlo pues se hizo niño, porque de la boca de los niños perfeccionará la alabanza; los niños, al niño que levantó mártires por la matanza de Herodes; Los hombres a Aquel que se hace hombre para curar las miserias de sus siervos. Los pastores, al Buen Pastor que da la vida por sus ovejas; los sacerdotes, a Aquel que se hace Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec. Los siervos, a Aquel que tomó la forma de siervo, para bendecir nuestro servicio con la recompensa de la libertad (Fil 2:7); Los pescadores, al Pescador de la humanidad; Los publicanos, a Aquel quien estando entre ellos los nombró evangelistas; Las mujeres pecadoras a Aquel que entregó sus pies a las lágrimas de la mujer arrepentida, y para que pueda abrazarlos también yo; todos los pecadores han venido, para poder ver al Cordero de Dios que carga con los pecados del mundo.
Por eso todos se regocijan, y yo también deseo regocijarme. Deseo participar de esta danza y de este coro, para celebrar esta fiesta. Pero tomo mi lugar, no tocando el arpa ni llevando una antorcha, sino abrazando la cuna de Cristo.
¡Porque ésta es mi esperanza!
¡Ésta es mi vida!
¡Ésta es mi salvación!
¡Éste es mi canto, mi arpa!
Y trayéndola en mis brazos, vengo ante ustedes habiendo recibido el poder y el don de la palabra, y con los ángeles y los pastores canto:
¡Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra y entre los hombres buena voluntad!
(Un especial completo sobre la Navidad puede encontrarse en: http://iglesiaortodoxa.cl/la_natividad_de_cristo1.htm )
lunes, agosto 30, 2010 Posted by JDavidM
Si de por sí ya tenemos una gran responsabilidad cuando se habla de ayudar a los demás, porque se dice "Que cada uno piense no en sí mismo, sino en los demás" (I Corintios, 10, 24), es aún mucho más grande la responsabilidad que tenemos en relación a nuestros hijos. ¿No te los envié - nos pide cuentas Dios - y no los tuviste desde el comienzo? ¿No te nombré guía, protector, maestro y tutor de ellos? ¿No te dí poder sobre ellos? ¿No te mandé que los formaras y educaras de la forma debida, desde que eran pequeños? ¿Qué perdón esperas recibir, si los dejaste tomar el camino equivocado y se perdieron? ¿Qué más puedes decir? ¿Que es difícil y algunas veces a penas podías enfrentar la situación?
Debías pensarlo antes, cuando el niño es obediente y escucha con un corazón amoroso. Entonces debías haberlo educado con atención, para acostumbrarlo como es debido, para corregirle cualquier debilidad. Cuando ese trabajo era más fácil, entonces debías haber cortado la maleza, entonces, cuando era pequeño y los problemas no eran difíciles de resolver, problemas que de no haber sido descuidados, no hubieran llegado a complicarse.
Nuestros hijos son un gran tesoro. Tengamos, entonces, mucho cuidado con ellos y hagamos todo lo posible por no perderlos, porque el astuto está atento a engañarlos. ¿Qué hacemos hoy por ellos? Precisamente lo que no debemos.
Cuando se trata de nuestros bienes materiales, cuidamos ponerlos en manos de quien consideramos confiable y honorable. No mostramos, aún así, la misma preocupación por lo más precioso que tenemos, nuestros niños. No buscamos para nuestro hijo un buen pedagogo que no lo deje apartarse de la sabiduría. Y, sin embargo, nuestros hijos son siempre nuestro haber más importante y por ellos hacemos todo lo que hacemos. Por los bienes que les vamos a dejar nos desvivimos, pero por ellos mismos, no. ¿Ves qué forma retorcida de ver las cosas tenemos? Cuida el alma de tu hijo y el resto vendrá por sí mismo. Si el alma no es buena, entonces ningún bien le será útil. Pero, si el alma ha sido fortalecida con la fe, llena de virtud y limpia, entonces ni siquiera la pobreza le podrá afectar.
(Extraído y traducido de, "Parinti, copii si cresterea lor", San Juan Crisóstomo (Ioan Gura de Aur, en rumano). Editura Panaghia. Suceava. Fotografía de Cristina Nichitus, en el Monasterio Petru Voda, Rumanía)
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